La noche un invento del hombre

Por una especial circunstancia, de un momento a otro, mi vida se transformó en una larga noche. Estas son las fotos de esa noche en que salí a su encuentro y también las fotos de mi resiliencia, porque a poco de andar fueron apareciendo imágenes que me hablaban de otros mundos, distintos y más ricos que el de la búsqueda frenética del amor perdido.
La visión nublada de las lágrimas se fue transformando en una mirada atenta a los barrios que estaban escondidos dentro del barrio donde nací, crecí y vivo: el barrio del desamor, el de los ausentes, el de las aguas negras, el de los callejones sin salida…Ellos me nutrieron de infinitas imágenes, algunas de las cuales pude captar con mi cámara, otras se perdieron en el olvido. Pero todas ellas, dieron cuenta de que en la más profunda noche, detrás de la puerta que se cierra, dejando el cielo del otro lado, se puede ver la vida iluminada. Así me fui dando cuenta que la noche es un invento del hombre. Desde la primera antorcha que ilumino las primeras oscuridades, el ser humano fue iluminando y dando forma a la fisonomía nocturna.
Que sería de la oscuridad sin la presencia de la luz del hombre y que sería de la oscuridad en que a veces entra la mente humana, acechando, generando fantasmas, escondiendo caminos si el hombre con su capacidad resiliente no iluminara esos caminos y encontrara nuevos paisajes en las cuales posar su mirada.